Asumimos que era un ratón superdotado porque se comía el quesito dejando la envoltura plateada intacta. Cuando desaparecieron los frascos de mermelada, pensamos en un animal más grande. Seguimos un rastro lobero sin dar con el truhan. La efigie iluminada de un mastín no ahuyentaba al malhechor. Me levanté durante la noche para desvelar el … Sigue leyendo Micro: Apetitos nocturnos
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