No es cierto que los sapos se conviertan en príncipes: o se nace sapo o se nace príncipe, y todos los demás nos conformamos con pertenecer al promedio inconsecuente. Rolando Flores era un sapo y Virgilio Santos, un príncipe. A la tierna edad de seis años, Rolando descubrió esta realidad. Bastó la indiferencia de su … Sigue leyendo Cuento: El príncipe y el sapo
Debe estar conectado para enviar un comentario.