Me recogieron de la calle y me ofrecieron asilo. Me explicaron que para ser parte de la secta debía cumplir tres mandamientos: impecabilidad en los modales, sumisión a la consciencia colectiva y adoración al Ser Invisible.
«¡Muerte al Yo! ¡Viva el Todo Magnificente!», exclamaban desaforados. Sacrificaron un pollo y bailaron la Danza de los Abnegados para darme una afectuosa bienvenida.
Silencioso me tomé la sopa mientras recibía una charla de iniciación. Aguanté tres días…
Ahora pertenezco a la Fraternidad de Hambrientos Itinerantes. Como mal, pero nadie ―¡jamás!― critica cómo agarro la cuchara ni que haga ruido con la boca.
Escribe tu micro en cincopalabras.com: IMPECABILIDAD – CONSCIENCIA – INVISIBLE – SILENCIOSO – FRATERNIDAD

En un buen micro. El control no tiene límites, pero a menudo tiene un comienzo. Un saludo.
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Gracias, Carlos. Un afectuoso saludo!
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Muy bueno. Que no te digan cómo has de agarrar la cuchara esun avance importante, lo del hambre…no sé. Jajajaja.
Un saludo y que tengas un refrescante día.
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La dignidad personal no tiene precio (ja, ja!). Soporta todo, menos que le digan cómo comportarse en la mesa. Qué humillación! Prefiere pasar hambre. Gracias, Azurea. Un saludo refrescante para ti también. 😊
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Me causa estupor que la rebeldía del protagonista la motive las reglas de etiqueta y no las de sumisión a la consciencia colectiva o adoración al Ser Invisible… Y es que, en muchísimas ocasiones, protestamos por lo accesorio, pero transigimos en aquello que coarta, o incluso anula, nuestra verdadera libertad. Muy buen microrrelato, Paula, para releer y meditar sobre él.
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Me alegra que le hayas encontrado un punto para reflexionar, aunque mi intención fue otra. Quería que causara gracia por lo absurdo de la queja😁. El hombre estaba dispuesto a someterse a la locura de la secta, pero no soportó las exigencias en la mesa. No siempre se consigue el efecto deseado. 😉
Yo creo que, ahora que lo meditamos, muchos están dispuestos a sacrificar sus conciencias por lo superficial. Gracias por pasarte y comentar. Un abrazo.
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Que produzca estupor o dé pie a la meditación no significa que no pueda al mismo tiempo causar gracia…😉
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jajaja muy bueno, Paula!
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Gracias, Fran. Un saludo! 🤗
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😉
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Que nadie critique la forma de agarrar las cucharas jaja. Muy bueno, principalmente el giro del final. Saludos 🙂
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Pueden hacer lo que quieran con tu alma, pero eso de censurarte en la mesa…, jamás! Gracias, Coremi. Un abrazo.
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Digna de admiración no solo la historia, también la habilidad para con la cuchara del sujeto silencioso.
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Debió de ser una habilidad extraordinaria si incitó la ira de los dioses. No hay como la libertad de masticar como te guste.
Gracias, Joiel. Un saludo afectuoso. 🤗
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Buona domenica ❤
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☺Feliz domingo.
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Hasta ahí podíamos llegar XD Gran historia. Saludos 🙂
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Gracias, Juan. Tarde o temprano lo iban a echar de la secta porque esos pecados de etiqueta son imperdonables. Un abrazo!
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No estaría mal, para variar, que intentara ser independiente de sectas y fraternidades, pero bueno… Tampoco tiene mucha elección. Al fin y al cabo, es un personaje manejado por tu pluma😜Un abrazo fuerte😊
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Pero es muy muy testarudo y ni te cuento lo que hace en la mesa. Le costó su lugar en la secta donde al menos le daban de comer. Ahora es feliz… Un saludo afectuoso! 🤗
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