Tuve un paciente de siete años. Los padres decían que sufría de una risa exagerada y que serpenteaba el cuerpo como un Joker infantil. En la primera consulta estalló en carcajadas. Aprendió a sosegarse entornando la luz y escuchando música instrumental. Concluí las sesiones y la criatura desarrolló su alegre personalidad con libertad. A veces corregimos lo que es normal solo porque incomoda a otros.
Hoy, retirado de la profesión, considero que las emociones en el contexto apropiado no deberían censurarse. Pero me estremezco de solo pensar quién me llama y prorrumpe en una risotada histérica cada noche.
Escribe tu micro en cincopalabras.com: RISA – CUERPO – LUZ – MÚSICA – LIBERTAD

Muy interesante tu propuesta, la tendré en cuenta, yo también soy médico retirado.
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ja, ja! Es solo un cuento tétrico sin bases científicas.😉 Gracias por pasarte y comentar.
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No lo creo, los cuentos tétricos son también reales, gracias por darme la oportunidad de leer tus escritos.
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El agradecimiento es mío. 😊
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Una reflexión acertada y un final que anima a dejar volar la imaginación. Ojalá alguien llamase a mi puerta en una lenta sucesión de golpecitos.
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En tu caso, a que sería un enano. Pero no te confíes, el hecho de que la llamada sea suave no asegura la consecuencia. Podría ser una bestia voraz.
Gracias por comentar, Joiel. Muchos saludos 😊
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Muy probablemente, para qué engañarnos.
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