Después de un síncope, acecharon las sombras neurodegenerativas. Con serenidad asumí la responsabilidad de postergar mi fatal destino haciendo crucigramas, ejercicio y comiendo verduras. Siguió una fase de desesperación. Perdería mi identidad y a los míos en una cruel decadencia.
Salí para despejarme una mañana luminosa. Un ruiseñor picoteaba un fruto en una rama. Otro voló a su lado y rozó las plumas con su compañero. Albergué la esperanza. Percibiría la realidad aunque no pudiera aprehenderla: el placer del dulce, el brillo del sol, la calidez de un abrazo… Una vida directa, sin interferencias, como la existencia de los pájaros.
Escribe tu micro en cincopalabras.com: SÍNCOPE – NEURODEGENERATIVAS – SERENIDAD – RESPONSABILIDAD – BRILLO
p.emmerich escribe 
Precioso, enhorabuena.
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Gracias, Óscar. Quizá estoy idealizando la situación o engañándome. La «demencia» debe de ser aterradora, pero sería posible que si somos tratados bien, nos convertiremos en criaturas inofensivas, pacíficas y hermosas como los pájaros? Ojala que sí. 😊
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Si en medio de ese lógico terror, podemos agarrarnos a ese trino, quizás renazca una tenue esperanza
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Le escribía a José Luis que creo que, desde un punto de vista neurológico, es posible. Pero que hay que empezar a ver la vida sin “tanta interferencia” (amargura, furia, celos, envidia…). Si tenemos suerte y nos cuidan con compasión, podremos vivir como los pájaros. 😊
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Si, tendemos a idealizar (con motivo) la parte racional en detrimento del mundo de las sensaciones, aunque estas te abran las puertas a un nuevo universo.
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¿Engañándote? Supongo que cuando se percibe que se cruza el umbral de la demencia, cualquier subterfugio al que uno se adhiera es no solo recomendable, sino bienvenido.
Ojalá que sí.
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Pues lo mismo digo yo, ojalá que sí. Creo que es posible si empezamos a mirar la vida sin «tanta interferencia» (amargura, furia, envidia…), y dependerá del cuidado que recibamos: si es compasivo y humano nos volveremos pequeñas criaturas tiernas; si tenemos mala suerte, seremos asustadizos. Pero no todos perderemos estas facultades; por qué no esperar lo mejor, que podremos escribir y pensar hasta el último aliento. 😊 Y, si nos toca, pensemos en los pájaros.
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Vamos a ello. ¡Suerte!
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Eso mismo nos enseña Erasmo en su «Elogio de la locura».
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Pasmosa capacidad para generar las sensaciones de un momento.
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Gracias, Joiel. Que estés libre de demencia y otros males hasta tu último aliento. Y, si te toca, que te cuiden como un pajarito 🕊
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Qué bien te ha quedado, Paula. Difíciles palabras las de esta semana, bien engarzadas para el reto. Un abrazo😊
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Gracias, Aurora. Qué bueno que estés de vuelta. Se extrañaba tu chispa. 😊
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La verdad es que llevaba un tiempo un pelín desconectada. A ver si retomamos la pluma😊Gracias, Paula🥰
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Enhorabuena Paula, es un texto muy bueno en el que has unido con maestría las palabras nada sencillas. Soy sensible a este tema pues lo viví con mi madre. Nada como el cariño, la serenidad para arrancar una sonrisa a quién ya no recuerda, y que les permita sonreir de nuevo. Un abrazo.
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Gracias, Carlos. A los que miramos esta enfermedad desde afuera nos parece muy dolorosa por lo que se pierde y el estado de confusión que imagino debe sentir el enfermo (no tengo experiencias directas aún, así que solo imagino y temo). Sin embargo, creo que con un cuidado amoroso se puede sobrellevar, tanto desde el punto de vista del enfermo como de los seres queridos. Después de escribir esto, yo misma me sentí mejor con respecto al tema (que me atemoriza). Por qué no podemos ser como unos pajaritos que percibimos la realidad con los sentidos, sin interferencias de juicios, ya sea positivos o negativos? Muchos cariños.
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Un micro complejo y no solo has salido airosa encima dejas la puerta abierta a una esperanza dura, pero esperanza.
Un beso.
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Hola, Ángel, gracias por tu generosa apreciación. Me alegra que sea esperanzador. Es un tema difícil de enfrentar. Muchos cariños. 🤗 Paula
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Ciao Paula, ti lascio un saluto ❤
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Mille grazie, Simone.
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Alegría y color. Y resaltar la belleza de la diferencia. Bonita aportación para Cinco Palabras. Un abrazo fuerte, Paula😊
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