La película Inside out (conocida en España como Del revés, o Intensa mente en Hispanoamérica) nos cuenta la historia de Riley, una chica de 11 años que se muda con sus padres de un pueblo de Minnesota a la gran ciudad de San Francisco. El estado emotivo de Riley hasta el momento ha sido dominado por la Alegría, pero en su cerebro también residen la Tristeza, el Desagrado, el Temor y la Furia, emociones que empiezan a emerger dados los cambios radicales que su vida experimenta: la pérdida de sus amigos y de su antiguo hogar; un nuevo barrio y escuela, etc. Riley deberá armonizar sus emociones si quiere adaptarse a sus nuevas circunstancias.

Estas animaciones son excepcionales, no solo por la impresionante creatividad, sino por el humor adulto y las verdades esenciales que nos ofrecen. En este caso, la película es una alegoría tierna y cómica de cómo funciona nuestro cerebro y nos presenta un mensaje muy claro: todas las emociones son necesarias y no debemos reprimirlas.
Sin embargo, la razón por la que quise escribir esta reseña no es Inside out, sino 21 lecciones para el siglo XXI de Yuval Noah Harari, un libro que nos habla de temas relevantes para el futuro de la humanidad, entre ellos, la fragilidad del liberalismo democrático y el impacto de la tecnología que avanza a una velocidad excesiva superando nuestra posibilidad de cuestionamiento y adaptación.
El libro de Harari requiere una reseña larga, pero quería comentar un aspecto de este que me llamó la atención y que se relaciona con Inside out. Harari no solo menciona la película como un epítome de nuestra realidad neurológica, sino que reitera su argumento a lo largo del libro: somos una maraña de nervios cerebrales dominados por procesos bioquímicos, sin libertad alguna. El autor escribe:
«Inside out lleva a los espectadores a un viaje al cerebro de Riley solo para descubrir que ella no posee un auténtico ‘yo’ y nunca toma decisiones libremente. Riley es, en efecto, un robot que es manejado por un conjunto de procesos bioquímicos en conflicto…».1
En lo que Harari se equivoca es que sí contamos con un verdadero cuartel general: aquella facultad cerebral que nos permite prestar atención y librarnos de respuestas automáticas o comportamientos indeseados producto del condicionamiento. El neocórtex es la más reciente adición a nuestro cerebro y está asociado con funciones cognitivas superiores como son el pensamiento consciente, la atención y la autorregulación. El lóbulo frontal del neocórtex es nuestro centro ejecutivo y, gracias a la Atención Plena, podemos observar la influencia de emociones y pensamientos sin activar una respuesta condicionada. Podemos, en efecto, escoger un curso de acción alternativo.
Así, por ejemplo, en Inside out, Riley logra armonizar sus emociones cuando su personalidad más predominante, la Alegría, reflexiona y observa los beneficios del duelo y le abre espacio a la Tristeza para que maneje la crisis temporalmente. Este es un proceso de autorreflexión que supera las emociones primitivas, lo que contradice el punto de vista de Harari.
En todo caso, no creo que el mensaje subliminal de Inside out sea que no tenemos libertad. Disney no está en el negocio de deprimirnos. El foco de atención de la animación es distinto: todas las emociones son necesarias y hay que aprender a aceptarlas y manejarlas. El otro mensaje tan poderoso de Inside out es que es OK sentirnos bajos de ánimo. Hay una tendencia cultural occidental a juzgar y rechazar las emociones que se perciben como desagradables y es esta resistencia interna que ocasiona estados mentales más negativos.
El debate del Determinismo versus el Libre Albedrío seguirá ocupando las mentes de filósofos. Lo que no entiendo es cómo un autor que declara que medita dos horas diarias no aprecia el poder de la Atención Plena (o Mindfulness) en nuestro accionar diario. Nuestro centro ejecutivo, si lo entrenamos a través de la meditación o la Atención Plena (Mindfulness), puede ejercer mayor control en nuestras decisiones y estados emocionales, un proceso que los seguidores de esta práctica experimentan y que estudios científicos respaldan. Harari no hace referencia alguna a los avances sobre esta materia, ni siquiera menciona el fenómeno (la palabra mindfulness no aparece ni una sola vez en su texto).
Lo que tampoco entiendo es la insistencia de Harari en convencernos de nuestra falta de libertad (existen 28 referencias a nuestra inexistente free will). Quisiera preguntarle, entonces, por qué se molesta en escribir un libro para salvar a la humanidad si esta no tiene libertad alguna para salvarse. (Obvio que dirá que el Universo con su infinito movimiento en dominó lo propulsó a ello). Quizá el autor está bajo la influencia de la Tristeza ante los problemas que pesan sobre los seres humanos. Se olvida de que contamos con Disney y sus brillantes animaciones pare hacernos sonreír y encender nuestra Esperanza.
Te recomiendo la animación por el momento.
PD: ¿Has visto la película o leído el libro? ¿Qué piensas del debate filosófico entre el Determinismo y el Libre Albedrío? ¿Qué te dice tu propia experiencia, o es el filósofo sentado en un escritorio quien decide si tenemos libertad?
1. En la pág. 291 de 21 lecciones para el siglo XXI, Harari escribe: «Inside Out (…) takes viewers on a journey into Riley’s brain only to discover that she has no authentic self and that she never makes any free choices. Riley is in fact a huge robot managed by a collection of conflicting biochemical mechanisms…».
Mientras nos quedemos en el envoltorio de lo que somos seguiremos siendo esclavos inconscientes.
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Sí, correcto, el primer paso de nuestra libertad es quitarse el envoltorio: las máscaras, los roles, el condicionamiento, las creencias de otros… Gracias por leer. Es un poco largo.
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Tuve un libro de Harari en las manos y lo dejé a las pocas páginas. No sé si fue una libre elección, pero leyendo lo que cuentas está claro que fue un acierto XD Gran análisis. Saludos 🙂
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Gracias por leer y comentar. Está pendiente mi reseña acerca del libro de Harari. Sentí que me vendieron gato por liebre. No contiene «lecciones», ni planteamientos de solución. Me enteré luego que es un compendio de artículos de temas muy diversos que fue escribiendo en periódicos, por eso al libro le falta estructura e ilación. Hay temas que ignora (como una buena crítica al sistema económico). Se lee rápido y es entretenido porque no es una escritura académica (la versión en inglés es mejor). Interesante, pero ni esencial ni inspirador.
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Sí parece gato por liebre, al menos por el título. El determinismo me parece una coartada ideológica para defender el status quo. Es lógico que no haya una crítica al sistema económico como señalas.
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El título es engañoso y el libro termina, por ello, siendo una decepción. Debió llamarse ’21 artículos de periódicos’.
La verdad que hay temas muy abstractos (como el Determinismo) a los que no presto mucha atención (la vida es corta) y lo que necesitamos son soluciones pragmáticas basadas en la ciencia. El Determinismo no solo no plantea ninguna solución, sino que es un obstáculo a buscar soluciones. Un gusto hablar contigo.
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Gracias, Paula, da gusto leerte también. Todavía me estoy riendo con lo de «21 artículos de periódico». Saludos 🙂
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