El arte de la guerra es un libro de estrategia militar, escrito hace 1500 años y atribuido a Sun Tzu, un general chino. El libro habla de las virtudes que deben tener los líderes militares, sobre la organización de los ejércitos, los distintos terrenos en que se puede librar un combate, la importancia de los espías…
Es sobre todo una reflexión del uso medido y sabio de las armas. La guerra es el último recurso. Es una lectura recomendable para quienes estamos descontentos con el estado del mundo y escuchamos una y otra vez que el enfrentamiento militar es necesario.
El texto también se puede leer desde un punto de vista personal, en la batalla interna por salir adelante. Podemos adoptar las virtudes de los militares exitosos, aquellos que se conocen a sí mismos, son templados, justos y flexibles ante los cambios constantes de la vida.
Sin embargo, he querido concentrarme en el mensaje más importante: en el peligro de la guerra.
Se dice que Sun Tzu ha influido en el pensamiento militar oriental y occidental, pero creo que los líderes mundiales menospreciaron las partes más importantes, las que advierten del potencial catastrófico de la guerra. Dice Sun Tzu: «Las armas son instrumentos de mala suerte y la guerra es un asunto peligroso».
Para ir a la guerra se necesita justa razón: «Un gobierno no debe movilizar un ejército por ira». «Nunca se debe atacar por cólera», «ni a un ejército inocente». Dice el general chino: «La ira puede convertirse en alegría y la cólera en placer, pero un pueblo destruido no se le puede hacer renacer y la muerte no puede convertirse en vida». Qué sabias palabras. Podemos trabajar con la cólera, podemos buscar soluciones a las fuentes de nuestra ira, pero, una vez que arrasamos contra el otro, no hay marcha atrás, porque la violencia genera violencia. Sun Tzu nos recuerda que «quien a hierro mata, a hierro muere».
Los humanos no aprendimos nada a lo largo de los siglos. ¿Cuántas guerras en tiempos modernos se han propiciado con argumentos débiles, incluso mentiras, y satanizando al enemigo? Muchas guerras han sido causadas por irracionalidad, por ira, por egos exaltados de líderes que buscan restablecer el «orgullo de una nación». Aún peor, guerras instigadas por corrupción o por la venta lucrativa de armas.
¿Aún no aprendimos que una guerra trae, inevitablemente, torturas, masacres, violaciones sexuales, destrucción económica, trauma de los civiles y del soldado…? ¿En qué guerra no ha proliferado lo peor de la raza humana con secuelas funestas por generaciones enteras? Concluye Sun Tzu: «Las armas solo deben utilizarse cuando no existe otro remedio».
Me llama la atención que un general en una época en que la guerra era actividad cotidiana haya comprendido, 1500 años atrás, la inhumanidad en el enfrentamiento que mata, desgarra y destroza. Su mensaje es ahora incluso más relevante, porque tenemos armas muy poderosas. Ir a la guerra sin analizar y entender la situación es «extremadamente inhumano». Mandar a la guerra a nuestros hombres y mujeres, hijos e hijas, sin entender las causas y las consecuencias de un conflicto, es extremadamente inhumano.
No es que debamos cruzarnos de brazos en la defensa de la vida, pero hay otros medios. «Victorias ganadas en batalla no son las más buenas», dice Sun Tzu e incita a los gobiernos a que cultiven el Camino (la filosofía taoísta) y observen las leyes para gobernar, prevaleciendo sobre los corruptos. El Camino es uno de armonía en que se desvanece el conflicto en su raíz. Nos incita a que no cometamos los errores de civilizaciones decadentes. En otras palabras, una vida de sabiduría es conducente a una vida de paz.
Antes de proponer una guerra se debe estudiar la situación, utilizar la inteligencia, la diplomacia y el compromiso, pero sobre todo se debe propiciar la armonía entre las naciones y al interior de estas. Es esta falta de armonía inicial que azuza el fuego del conflicto violento. No vamos a tener paz hasta que los pueblos no trabajemos juntos por enfrentar los grandes desafíos de la humanidad: la destrucción del medio ambiente, la inequidad entre los hombres y la corrupción del corazón humano.
La guerra no es una técnica, exige un entendimiento holístico de una situación de conflicto y de los medios para enfrentarla. Por eso es un arte, porque demanda sabiduría. Las guerras no conducidas con sabiduría son extremadamente inhumanas.

Puedes descargar el libro gratis en (epub/kindle):
¡Hola, Paula! Me encantó tu análisis de este clásicazo que todo el mundo parece conocer, referenciar; pero que pocos han leído realmente. Ése es el poder de los clásicos: que todavía tienen mucho qué decirnos, con el paso de los años. Las palabras de este autor oriental siguen teniendo mucho qué decir; y nosotros mucho qué aprender.
¡Besos, nos leemos!
Me gustaMe gusta
Gracias, Iveth por tu comentario. Estoy revisando los clásicos que están gratis y, aunque algunos son pesados, otros, como este, son bastante relevantes y hasta entretenidos. Ahora estoy leyendo Robinson Crusoe y pondré otra reseña pronto. Al final, quiero seleccionar 10 o 12 libros clásicos, GRATIS, para recomendar. Te mando la lista. Muchos saludos!
Me gustaLe gusta a 1 persona